Vehículo de inversión estructurado (SIV)

En el mundo de las finanzas e inversiones, existen diversas alternativas para aquellos que buscan maximizar sus beneficios y diversificar su portafolio. Una opción que ha ganado popularidad en los últimos años es el Vehículo de Inversión Estructurado, o SIV por sus siglas en español. Aunque puede sonar como un concepto complicado, en este artículo te explicaremos de manera sencilla en qué consiste este tipo de inversión y cómo puede beneficiarte. Descubre cómo el SIV abre las puertas a nuevas oportunidades de inversión y cómo puede adaptarse a tus necesidades financieras. ¡Prepárate para adentrarte en el fascinante mundo de los vehículos de inversión estructurados!

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¿Qué es un vehículo de inversión estructurado (SIV)?

Un vehículo de inversión estructurada (SIV) es una empresa financiera no bancaria creada para comprar inversiones diseñadas para beneficiarse de la diferencia de tipos de interés -llamada diferencial de crédito- entre la deuda a corto y largo plazo. Las inversiones en deuda a largo plazo suelen incluir productos financieros estructurados, como valores respaldados por activos (ABS), valores respaldados por hipotecas (MBS) y titulizaciones de tarjetas de crédito. De ahí el nombre de instrumento de inversión estructurado.

Las inversiones se financian mediante la emisión de pagarés comerciales por parte del SIV y la utilización del capital así obtenido para la compra de instrumentos de deuda a largo plazo que proporcionan un rendimiento superior al del papel comercial emitido por el SIV. Las obligaciones de papel comercial se renuevan continuamente para que la empresa no tenga que liquidar sus inversiones a largo plazo antes del vencimiento. Los SIV también se conocen como conductos porque crean un canal permanente para la capitalización de inversiones.

Vehículo de inversión estructurado (SIV)

Los SIV son operados por un equipo profesional de gestión de inversiones y están menos regulados que otros vehículos de grupos de inversión, en parte porque generalmente se crean como compañías extraterritoriales para evitar las regulaciones a las que están sujetos los bancos y otras instituciones financieras.

Los SIV permiten al equipo de gestión de inversiones lograr mayores rendimientos del capital al aprovechar las inversiones de maneras que los bancos no pueden debido a los requisitos de capital establecidos por el gobierno. Antes de la crisis financiera de 2008, los bancos solían mantener los SIV como activos fuera de balance.

Historia de los instrumentos de inversión estructurados.

Nicholas Sossidis y Stephen Partridge crearon los primeros vehículos de inversión estructurados en Citigroup en 1988. Los dos banqueros londinenses fundaron Alpha Finance Corp y Beta Finance Corp en respuesta a la volatilidad del mercado monetario en ese momento. Los inversores estaban insatisfechos con los rendimientos impredecibles del mercado monetario y buscaban un vehículo estable que proporcionara rendimientos más estables a sus inversiones.

Alpha Finance ofreció un apalancamiento máximo de cinco veces su capital, y cada activo requería el 20% del capital, mientras que Beta Finance proporcionó un apalancamiento máximo de diez veces su capital, con un apalancamiento basado en la ponderación de riesgo de sus activos. Los pioneros de los dos SIV de Citigroup abandonaron posteriormente el banco para crear su propia empresa de gestión financiera, Gordian Knot, en Mayfair, Londres.

Los SIV posteriores aumentaron su apalancamiento a 20x y 50x, y el número de SIV aumentó rápidamente. En 2004, había 18 SIV valorados en 147 mil millones de dólares. En 2007, Moody's Investors Service valoró 36 SIV en 395 mil millones de dólares.

Sin embargo, cuando estalló la crisis financiera en 2008, la mayoría de los SIV se reestructuraron o tuvieron problemas y quebraron debido a sus fuertes inversiones en valores respaldados por hipotecas de alto riesgo. Muchos inversores quedaron desprevenidos porque se sabía poco sobre SIVS y los activos en los que habían invertido. A finales de 2008, el SIVS ya no estaba en funcionamiento.

Vehículo de inversión estructurada (SIV) frente a vehículo de propósito especial (SPV)

Un vehículo de inversión estructurado (SIV) es un tipo de vehículo de propósito especial que genera una ganancia a partir de la diferencia de tipos de interés entre los valores a largo plazo y la deuda a corto plazo. Un vehículo de propósito especial (SPV), por otro lado, se refiere a una categoría amplia de vehículos de inversión que pueden considerarse activos dentro o fuera del balance.

Una SPV se crea para un propósito específico y las empresas la utilizan para proteger a la empresa original de riesgos financieros. La mayoría de los vehículos de propósito especial se forman como empresas huérfanas colocando activos en un fideicomiso y contratando a un administrador para proporcionar una gestión profesional y garantizar que no exista una conexión financiera directa con la empresa matriz.

Los SIV se financian específicamente mediante la emisión de papel comercial, pero los SPV pueden financiarse de diversas formas, incluida la emisión de acciones y bonos a largo plazo. Tanto las SIVS como las SPV suelen registrarse como empresas extraterritoriales para evitar pagar impuestos más altos en el país de origen de sus instituciones matrices y regulaciones financieras estrictas.

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